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La Magia de las Turquesas La Magia de
las Turquesas |
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Turquesas:
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Piedra semipreciosa opaca, se presenta en tonos azules, azul verdoso y verde. Está formada por fosfato de alúmina con mezcla de cobre y hierro.
La procedencia más abundante de turquesas es la antigua Persia hoy Irán, desde donde llegaban a Europa a través de Turquía, de
ahí su nombre de piedra de Turquía. Pero su auténtico nombre, otorgado por los persas era Firozah o piedra de la victoria o
piedra del triunfo. Las minas de turquesas más antiguas que se conocen, se localizan en la Península del Sinaí llamada
Pís de Turquesas por los nativos, y fueron explotadas por los egipcios hace más de 3000 años desde al menos la Primera
Dinastía (C. Año 3000 A.C.).
Es un mineral raro, de formación secundaria y se encuentra principalmente en regiones desérticas.
Las tonalidades de la turquesa han sido apreciadas en muchas culturas importantes de la Antigüedad. Han adornado a los gobernantes del Antiguo Egipto, a los incas, moches, chiúes, aztecas y posiblemente otras culturas mesoamericanas precolombinas, a los persas, de Mesopotamia, Civilización del Valle del Indo y China desde al menos, la Dinastía Shang. A pesar de ser una de las gemas más antiguas, y probablemente la primera en ser introducida en Europa a través de Turquía, junto con otros productos provenientes de la Ruta de la Seda, la turquesa no se convirtió en una piedra ornamental importante hasta el Siglo XIV. Aparentemente fué desconocida en la India hasta el período Muhgal, y en Japón hasta el Siglo XVIII.
Los Aztecas la llamaban Piedra de los Dioses y la usaban como amuleto contra el mal, así como en máscaras y cuchillos
ceremoniales. Es considerada piedra sagrada por muchas tribus de Indios Americanos. Los Navajos la usaban en polvo como pigmento
para crear pinturas en la arena que atrayese la lluvia a la tierra reseca.
En el antiguo Egipto se veneraba como piedra de la diosa Hator, considerándose como un regalo que la misma diosa
habia entregado a la humanidad. Los árabes la llamaban piedra de la suerte y los turcos talismán del jinete. En Asia Central lo
consideran un importante amuleto que simboliza el valor y la esperanza. En México es también muy popular como amuleto que
proporciona buena suerte.
Es un mineral sagrado para los budistas tibetanos. Tiene propiedades adicionales pues sus tonalidades verdes le confieren unas características ligeramente diferentes, como su particular utilidad para curar bloqueos del chacra de la garganta y la expresón reprimida.
La turquesa ha cautivado desde siempre a gente de todas las culturas y civilizaciones, desde los antiguos egipcios que las
utilizaban profusamente en sus joyas y adornos, hasta algunos pueblos nativos del continente americano que veían en ellas pequeños
trozos de cielo, con poderes mágicos y un gran significado espiritual. Como piedra protectora que es, ha sido usada como amuleto
desde tiempos inmemoriales.
Una creencia compartida por muchas de estas civilizaciones sostiene que la turquesa posee ciertas cualidades profilácticas:
se pensaba que cambiaba de color de acuerdo al estado de salud de quien la usaba y protegía de fuerzas malignas.
El uso ornamental y como moneda, mediante trueque de las turquesas ha estado muy extendido en India, en las rutas caravaneras de
Asia y entre pueblos nómadas como los mogoles. En zonas montañosas como los Hymalayas y Altai son usadas para adornar los cabellos
de hombres y mujeres.
Conocida también como la piedra turca, esta piedra se utiliza mucho en collares, aros, anillos y ornamentos para la cabeza.
Energía: Receptiva.
Planeta: Venus, Neptuno.
Elemento: Tierra.
Deidades: Hator, El Gran Espíritu, Luach Lurgann.
Metales asociados: Oro, cobre.
Plantas asociadas: Flor de lis, jacinto, malva, muérdago, tilo, verbena, papiro
Poderes: Protección, coraje, dinero, amor, amistad, suerte.
Piedras asociadas: Crisocola.
Afinidad con los signos de Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio,
Sagitario, Capricornio y Acuario.